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Nací en Sofía, capital de Bulgaria, hace ya más de 80 años. Llegué pequeño a Venezuela y usurpé la nacionalidad de acá, lo cual me ha valido mucho. He sido guerrilero, profesor universitario, diputado, ministro, candidato a presidente, editor de periódicos y hasta mujeriego, padre y abuelito...

jueves, 21 de julio de 2011

Teodoro Petkoff le montó una celada a José Vicente Rangel



Petkoff manejó los procesos
internos del MAS a su antojo
 
El MAS, pues, formalizó su partida de nacimiento el 19 de enero de 1971. El nuevo movimiento no era partido sino desplazamiento continúo hacia el socialismo, palabra que sonó por todos los ámbitos. Se incorporó abiertamente a la contienda política a partir de 1971. Y se midió en las urnas los diciembre de 1973 y 1978, con José Vicente Rangel como candidato, un personaje que en la vida de Petkoff ha representado todo lo que quiso ser y no pudo.

Aquel socialismo con “rostro humano”, a la vez que emprendió feroz campaña contra el bipartidismo, nunca quiso nada con la Nueva Fuerza (frente formado por el MEP, PCV y URD, ido este último después de la escogencia de Paz Galarraga como candidato). Teodoro y Pompeyo descalificaban cualquier intento de unidad o alianza, las condenaban.

Las agallas y las luchas internas por las anémicas cuotas de poder, dieron como origen el nacimiento de tendencias. Teodoro Petkoff lideró una corriente denominada La Patria; mientras que Pompeyo Márquez era seguido por los llamados Perros. Llegó el proceso interno para elegir el candidato del 4 de diciembre 1983.

Un sector del MAS veía con agrado la posibilidad de repetir con José Vicente Rangel. Por otra parte, Petkoff sentía que había llegado su tiempo. Buscó la manera menos traumática. El búlgaro mercadeo la necesidad, entre sus compañeros de partido, de ir a la contienda electoral con un militante de sus propias filas. ¿Adivinan por quién apostaba?

El Movimiento Al Socialismo planteó a Rangel que para repetir como aspirante a Miraflores debía inscribirse formalmente en la tolda naranja. El veterano parlamentario y ex urredista prefirió mantenerse independiente. El después Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela prefirió mantener su independencia política y optar por aglomerar las voluntades y respaldos de los partidos y movimientos de avanzada con miras a derrotar el bipartidismo.

José Vicente Rangel decidió montar
su propio comando de campaña.
Ser candidato siempre ha sido un buen negocio
Petkoff debutó como candidato a la Presidencia en diciembre de 1983. Rangel conformó un movimiento electoral denominado Nueva Alternativa. Para esos años, Alfredo Maneiro introducía en la contienda electoral a Causa Radical. Maneiro participó en la división del PCV que parió al MAS.

Pero Maneiro tenía una concepción muy distinta sobre el socialismo. Además de sus diferencias conceptuales, el creador del movimiento con la R al revés hizo grandes objeciones a la conducta de Petkoff en los tiempos del rompimiento, testimonio que recogió el locutor y productor de radio Iván Losher en su libro “Escrito con la Izquierda”. Y otro tanto, dejó en las mañanas de tertulia en el AVP (cafetín de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, cuyas siglas hacían mención a la Asociación Venezolana de Periodistas).


Alfredo Mananeiro estructuró
un movimiento de movimientos
conocido como la Causa R

Lo más importante a reseñar es que Maneiro en los años 80 era un convencido de la “unidad como estrategia de lucha”. Los radicales sacaron un afiche solicitando un candidato único. Entorno a esa propuesta se hicieron innumerables movilizaciones y reuniones. No obstante, fue en vano y finalmente debutaron en la contienda con Andrés Velásquez, cuya votación sumo apenas 5.888 votos.

Teodoro Petkoff desde un principio cerró toda posibilidad a la escogencia de un candidato único. Manifestaba abiertamente su despreció por el resto de la izquierda. Se atrevió a lanzar la primera piedra: en una reunión política, sin ver la viga en su propio ojo, y de manera despectiva afirmó: “Yo no voy ni a la esquina con ese chiripero”. El adjetivo caló entre los masistas. Cualquier intento o discurso que apuntara a la unidad fue calificado como “vainas del chiripero”.

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