Datos personales

Mi foto
Nací en Sofía, capital de Bulgaria, hace ya más de 80 años. Llegué pequeño a Venezuela y usurpé la nacionalidad de acá, lo cual me ha valido mucho. He sido guerrilero, profesor universitario, diputado, ministro, candidato a presidente, editor de periódicos y hasta mujeriego, padre y abuelito...

jueves, 21 de julio de 2011

Petkoff buscó apoyo del MAS para Irene Sáez

Por orden de los Caldera, Petkoff pretendía
el apoyo del MAS para la bella y torpe Irene Sáez
A comienzo de 1998, Teodoro se proyectó como el candidato presidencial in pectore de Caldera. Su nombre figuró en las hipótesis electorales de algunos banqueros. Su discurso sedujo a los inversionistas y empresarios criollos que antiguo le negaban el pan y el agua. Cumplió el rol de mediador empresarial en las reuniones de la tripartita. Sin embargo, los sondeos y encuestas electorales demostraron cómo desde su asunción a Cordiplan, la poca popularidad que cultivó como dirigente de seudoizquierda se desvaneció. La alternativa: Irene Sáez.

Un ejemplo objetivo lo encontramos en los resultados de las encuestas de la Compañía Venezolana de Investigación (CVI), durante abril de 1998. Las preferencias registraban la pugna entre Hugo Chávez Frías (34,2%) e Irene Sáez (30,2%). Luego, Henrique Salas Romer (19,2%), seguido por Claudio Fermín (12,9%). Y he aquí el dato más sobresaliente: entre los candidatos incorporados en el análisis del CVI, figuran: Antonio Ledezma, con 1,6%; Eduardo Fernández, 1,0%; Alfaro Ucero, 0,6%; Andrés Velásquez, 0,6%; Gonzalo Pérez Hernández, 0,4%; Humberto Calderón Berti, 0,2%; Pablo Medina, 0,2%; Héctor Alonso López, Humberto Celli, Lewis Pérez y Teodoro Petkoff, 0,0%; y otros candidatos no identificados, 0,2%.

La lectura que hacia Teodoro de la realidad lo llevó a concluir que ya no existían el Muro de Berlín, la Unión Soviética, la epopeya vietnamita, el maoísmo o el fidelismo reverenciados, la omnipotencia del Estado, el sistema bipolar, el pacto de Varsovia, el marcusianismo o el eurocomunismo. Y la moda, de aterrizaje un tanto tardío en el país, comenzaba a ser el neoliberalismo con toda su pesca de arrastre, desde la globalización hasta la modernización. Y, por supuesto, el pragmatismo y, en el caso de los partidos aferrados al viejo esquema, la quiebra del centralismo democrático o la conversión de la “lucha de tendencias” en vulgares riñas de grupos y logias. Lo único concreto: mantenerse en el poder.

Jugó todas sus cartas. Los Caldera le dieron la misión de llevar al MAS hacia los predios de Irene. Sin embargo, sus compañeros de militancia mucho habían aprendido de él; y gracias a sus enseñanzas, el Frankestein anaranjado, que en una época proclamaba, ante el histórico PCV, ser más y mejor que AD y Copei, se desmoronaba en combates internos de expulsiones, renuncias, extorsiones, corrupción y odios.

Ese “movimiento” a finales de 1997 mostraba seis rostros. Una especie de dado gansteril que por cualquiera de los lados podría caer: Puchi como líder de Horizonte 2000; Mujica, a la cabeza de Apertura; De Paola, custodiado por Gustavo Márquez y con apoyo de Petkoff; visión democrática y su jefe Esquerre con 4,9%; Tablante y su Fuerza de Aragua y, por último, el Grupo de No Alineados, en el cual destacaban varios líderes regionales, con lo cual la unidad de los “descentralizadores” se revelaba tan quebradiza como antes lo había sido la cúpula centralista.

No hay comentarios: